Ser Periodista hoy |
Soy un agradecido a Dios haber seguido el llamado de una vocación que no se acaba todavía y sigue siendo hoy, la pasión con la que asumí este oficio y profesión.
He recorrido un largo camino, impensado por aquellos años. Cuando la rebelión de la juventud contra el mundo tenía lugar en la prensa escrita. Entonces había que reflejar esa realidad tomando nota a punta de lapicera y papel.
El grabador a pilas, el de periodista que cabía en una mano, vino después.
Escribir las crónicas y artículos en letras de plomo era el oficio relevante para el cierre de edición; no daba para titubeos ni repasar lo escrito.
La nueva tecnología llegó tarde para los viejos periodistas. Sin embargo, hubo que adaptarse. No hubo otro camino que seguir.
Pasó el tiempo y ser periodista en la Argentina se convirtió es un compromiso exigente con la verdad, tanto como con la defensa individual de la dignidad profesional.
Porque la verdad no es única y está divida según su peso.
El panorama de la comunicación en tiempos de democracia hizo del periodismo una actividad de riesgo ante el avance del poder político. Los cambios de gobiernos en el país, han marcado a la prensa y a sus hombres.
Las empresas que albergan a trabajadores de prensa son, para muchos periodistas, el salvoconducto del trabajo rentado a la independencia de la libertad de expresión. Mientras que para la libre expresión del independiente, el fantasma de la opresión económica acecha a los hombres prensa que no cambian el camino elegido.
Ser periodista en la actualidad, es tomar la actividad decididamente con valentía y pasión.
Ser periodista significa no darle lugar ni espacio al intervencionismo político que desde sus gobiernos pretende inferir con sus pautas a un adoctrinamiento peligroso para el periodista que se considera libre.
Ser periodista en este contexto es, francamente desolador.
Angel D. Molares | @Limite42