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OPINIÓN: ¿QUÉ DICE ALBERTO?
Fue por un “un descuido”, dijo, porque se organizó una comida en Olivos que no debía haberse organizado”. No fue descuido, fue una picardía suya presidente, que si pasaba, pasaba. Pero no, lo fundamentó diciendo que fue Fabiola.
“Y yo no anduve con vueltas”, dijo: “ en menos de 24 horas dije esto pasó y no debió pasar, lamento que haya ocurrido, tengo mucho pesar por lo sucedido y de ese modo y de ese modo y de ese modo y de ese modo me disculpé ante ustedes, ante el pueblo, que son a los únicos a los que le debo una disculpa”.
En menos de 24 horas, nos señor presidente. A más de un año de lo ocurrido y gracias a una foto, que usted antes de lamentarlo como lo hizo, negó esa foto.
Y eso de que “me disculpé ante el pueblo” ¿qué pueblo presidente? Si el país entero, la ciudadanía que usted detesta como tal, que somos muchos más que el pueblo talibán que concentra su falaz ideología, entendimos clarito que usted de puro flojo, le endilgó la responsabilidad a Fabiola. Todos lo entendieron bien, hasta su jefa política que se enojó mucho por su infeliz estupidez.
Después, cuando dice:” algunos leyeron mis palabras sinceras honestas, de arrepentimiento a su modo”. Usted nunca se arrepintió como tampoco se arrepentirá de haber pasado a la historia como un miserable presidente, el más mentiroso de la historia.
Dijo “algunos fueron tan miserables que dijeron que le eche la culpa a mi compañera”, cosa que sigo creyendo que así fue, “el único responsable soy yo nada más que yo, me hago cargo doy la cara” ¿ahora dice esto? después de más de 24 horas de haber provocado el repudio social del arco político como jamás antes un mandatario en el ejercicio del cargo haya generado tanta turbulencia por sus disparates.
“Y con todo eso alguno piensa qué me van a hacer caer por un error que cometí, sépanlo que me fortalece, hace más fuertes convicciones, aumenta mi compromiso con ustedes” ¿a quién se lo dijo? ¿a los que tenía enfrente le dijo eso? Porque esos son sus propios que sienten que usted tiene una peligrosa patología y a eso le temen.
La ciudadanía no lo perdonará señor presidente, porque usted nunca se arrepintió de tanta gente que sufrió las consecuencias de sus decretos, sin poder trabajar, sin chicos en la escuela, con familiares que se murieron sin que sus deudos pudieran haberse despedido como Dios y las buenas costumbres mandan.
A usted ni la historia le perdonará ser un pelafustán de tan baja categoría que nunca se arrepiente de sus propias mentiras.
