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Otra víctima en El Bolsón |
Las estafas telefónicas en nuestra región, parece no tener fin. Pese a las campañas de alerta y prevención, aún con amplia difusión en medios de comunicación y redes sociales, son cada vez más las víctimas que caen en las redes de organizaciones enroladas en el “ciberdelito”.
En el mes de marzo, hubo una fuerte campaña desde Defensa del Consumidor de Río Negro, dependiente de la Agencia de Recaudación Tributaria, adviriendo de “una nueva modalidad de estafa, denominada SIM swapping o intercambio de SIM, donde los estafadores duplican la tarjeta para robar datos desde el celular, especialmente claves, token y accesos a cuentas bancarias”.
En El Bolsón, más de una decena de vecinos han sido engañados en los últimos tiempo, sin embargo, otros siguen siendo sujetos del modus operandi de malvivientes que se hacen pasar por representantes de firmas conocidas o productores de televisión o vendedores de planes de telefonía o automóviles y mediante engaños, llevando a su presa a entidades bancarias para apoderarse del dinero que las víctimas guardan como seguridad.
Llaman por teléfono a sus víctimas y los tientan con aportes de la valores inexistentes obligándoles a gestionar préstamos bancarios. Todo, sin ninguna otra vía que la propia distracción de la víctima, que no alcanza a recapacitar al momento del llamado.
De esta manera, logran apoderarse de montos de dinero que les otorga el banco a través de transferencias que los mismos estafadores le obligan a realizar a los damnificados, o como sucede últimamente, sacándole los datos de sus cuentas bancarias para realizar solicitudes de créditos on line, modalidad bancaria difundida y de poca seguridad.
Al menos esto es lo que le pasó en el mes de febrero al docente y vecino Juan Carlos Arechabala, a poco de obtener su jubilación.
Según relató a Limite 42 Noticias On line, Arechabala, cómo los delincuentes mediante el ardid de un premio de YPF, lograron obtener de su cuenta en el Banco Patagonia Sucursal El Bolsón en pocos minutos, dos créditos on line, de $100 mil cada uno, que recién empezó a pagar.
Para Arechabala es un monto robado al banco con el número de su cuenta personal y la entidad le respondió que nada puede hacer porque el dinero salió de forma legal. Todos estos meses de largo peregrinar visitando entidades, organismos, autoridades policiales y de justicia; incluso con viajes a Buenos Aires a la entidad bancaria central, y nada, el vecino recibió la misma calcada respuesta: “No podemos hacer nada”. Aquí su historia.
Ángel D. Molares | @Limite42
