DOCUMENTO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA |
La Iglesia pidió al Gobierno que se permita celebrar misas en los templos religiosos y reclamó “medidas razonables” que no queden libradas a “respuestas arbitrarias de las autoridades o a decisiones fundadas en la opinión personal de un funcionario”.
Lo hizo a través de una declaración de la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina, que preside el obispo de San Isidro, Oscar Ojea, en la que se pidió al gobierno de Alberto Fernández que se reconozca “la importancia de la espiritualidad en la vida de los pueblos” y se consideren las celebraciones religiosas como “una actividad vital”.
La Iglesia pide “medidas razonables” que no queden libradas a “respuestas arbitrarias de las autoridades o a decisiones fundadas en opiniones personales” de los funcionarios.
Tras los nueve días de férreas restricciones, se autorizaron nuevamente las celebraciones con diez personas al aire libre, aunque en algunos distritos del conurbano la habilitación se extiende a 20 feligreses.
En virtud de la proximidad del invierno, con jornadas de bajas temperaturas, el Episcopado pide ahora que se autoricen celebraciones en el interior de los templos, cumpliendo los protocolos correspondientes y las medidas de cuidado y distanciamiento social.
Obispos argentinos en sus provincia venían planteando en las últimas semanas inquietudes por la apertura de celebraciones religiosas. De esta manera, por ejemplo, el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández, se reunió con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof.
En la declaración los obispos sostienen que “Creemos que el respeto de esta sensibilidad religiosa no puede quedar librado a respuestas arbitrarias de las autoridades o a decisiones fundadas en la opinión personal de un funcionario. Por eso, a partir de la experiencia satisfactoria de tantos barrios, ciudades y provincias, solicitamos a las autoridades se adopten aquellas normas razonables que posibiliten la realización de celebraciones durante estos tiempos de bajas temperaturas, dentro de los templos, con la previsión de aforos en la proporción adecuada a sus espacios físicos”.
Tras sostener que “la pandemia se hace larga”, afirman que así lo saben “especialmente los esenciales que están en la primera línea, cuidando la fragilidad de nuestro pueblo, entre ellos el personal de salud y tantos otros servidores de la comunidad como, por ejemplo, las mujeres que llevan adelante los comedores comunitarios”.
La Iglesia señala que desde el 20 de marzo de 2020 acompaña las disposiciones sobre el cuidado de la vida y de la salud de todos. Y advierte: “Nuestro pueblo, ante esta terrible incertidumbre, necesita vivir la dimensión comunitaria de la fe en estos momentos significativos de su vida”. Necesita, por ejemplo, “poder dar cristiana sepultura a los seres queridos”, sostiene el Episcopado.
Junto con el obispo Ojea firman la declaración los arzobispos de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, y de Mendoza, Marcelo Colombo, ambos vicepresidentes del Episcopado, y el obispo de Chascomús, Carlos Malfa, secretario general del organismo.
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Mariano De Vedia-LaNación