Ante miles de jóvenes que peregrinaron al santuario mariano nacional, el arzobispo de Buenos Aires invitó a pedirle a la Virgen por la unidad: “Es hora de fraternidad, es tiempo de unirnos”
El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidió este domingo la misa central de la 49ª Peregrinación Juvenil a pie a Luján, donde destacó: “Es hora de fraternidad, es tiempo de unirnos”.
“María, ponemos en tus manos a la Argentina toda que nos duele mucho. Y también, como dice el lema de este año, hoy te pedimos fuerza para unirnos”, sostuvo ante los peregrinos reunidos frente a la basílica nacional.
La Eucaristía de este domingo, a las 7, fue concelebrada por los arzobispos Jorge Eduardo Scheinig (Mercedes-Luján) y Gabriel Mestre (La Plata) y los obispos Eduardo García (San Justo), Jorge Lugones SJ (Lomas de Zamora), Carlos Tissera (Quilmes), Juan José Chaparro CMF (Merlo-Moreno), Gustavo Carrara (auxiliar de Buenos Aires), José María Baliña (auxiliar de Buenos Aires, y Mauricio Landra (auxiliar electo de Mercedes-Luján). Fue en el marco de la peregrinación que llevó por lema “Madre, estamos en tus manos, danos fuerza para unirnos”.
“Durante las muchas horas de peregrinación, te hemos pedido fuerza en varios momentos. Y ahora, todos juntos, desde esta plaza, te pedimos fuerza para unirnos. Lo necesitamos más que nunca”, agregó en la homilía.
Haciendo referencia a la realidad social, el prelado porteño aseguró que “las heridas de la descalificación, de la intolerancia, de la violencia física y verbal ya supuran. Y nos están infectando el corazón de pueblo”.
Dirigiéndose a quienes peregrinaron a Luján, monseñor García Cuerva manifestó: “La peregrinación a Luján es la demostración de un pueblo que no baja los brazos. Que sabe unirse, que puede caminar con un mismo objetivo. Un pueblo que sigue levantando las banderas de la paz y la justicia. Pero también la peregrinación es demostración de un pueblo crucificado que trae a María todos sus dolores para que una vez más nos consuele y nos anime a seguir”.
El primado argentino también aseguró que “las ampollas y el cansancio pasarán, pero el amor de la Madre no pasará jamás. Por eso, querido peregrino, dejate abrazar por ella. Llorá en su regazo, entregále tus sufrimientos y pecados. Poné en sus manos toda tu vida y la vida de nuestro país. Confiále las intenciones de tu gente”.
“Querido peregrino, estás en Luján, estás con María en esta plaza. Estás en la basílica, sos su hijo, sos su hija. Sentite en casa”, concluyó.
Los peregrinos salieron el sábado a las 10 desde el santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, acompañados por la “Imagen Peregrina” de la Virgen de Luján, que este año fue llevada durante todo el trayecto por la comunidad diocesana de San Justo.
Ese mismo sábado, el arzobispo de Buenos Aires impartió su bendición a los peregrinos y recorrió junto a ellos los casi 60 kilómetros para llegar al santuario nacional de Nuestra Señora de Luján.
A sugerencia de la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular, a cargo de la organización, los peregrinos llevaron una pequeña vela que encendieron a la hora cero del domingo “para iluminar las intenciones de todos”. Además, cada hora se rezó un Avemaría por las intenciones del pueblo argentino.
Esta manifestación de fe popular, una de las más importantes del país, se pudo seguir a través de las redes sociales @LaPereLujan.