La reactivación de la interna en el peronismo a partir de la derrota inesperada en la provincia de Buenos Aires tendrá un escenario de disputa concreto en el ring del PJ bonaerense, presidido por Máximo Kirchner. El mandato del hijo de la ex presidenta vencerá a fin de año y los intendentes del espacio liderado por Axel Kicillof buscarán quebrar su resistencia de mantenerse en ese cargo partidario.

El triunfo de La Libertad Avanza en el principal distrito del país, un resultado que nadie vio venir luego de la paliza electoral que Fuerza Patria le había dado al Gobierno el 7 de septiembre, devolvió a la superficie la tensión que estaba contenida en el peronismo y tanto el kirchnerismo como el kicillofismo se apuntaron mutuamente para adjudicar las responsabilidades de la derrota. De un lado insistieron con la crítica al desdoblamiento, del otro cuestionaron a Cristina por el armado de la lista y la estrategia fallida.
En medio de los pases de factura, el rol de Máximo Kirchner al frente del PJ provincial también quedó golpeado. En realidad los integrantes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), referenciado en el gobernador, ya tenían previsto intentar desplazarlo antes de la elección de este domingo, con el propósito de ungir al frente del partido a un dirigente del sector de Kicillof. La vicegobernadora Verónica Magario, ganadora en la Tercera en los comicios adelantados, emergía como la principal candidata. La sonora derrota moderó el ímpetu de los desafiantes, aunque no las críticas al actual titular del PJ bonaerense.
“Máximo no puede seguir. En todo el 2025 no convocó a una sola reunión del partido, en un año electoral”, ratificó esta semana un intendente del MDF a Clarín. Algunos jefes comunales de ese sector, como Jorge Ferraresi, propusieron al propio Kicillof para conducir el PJ provincial. El gobernador lo descartó, e incluso tomó distancia del plan para desplazar a Máximo Kirchner. “Depende de los intendentes”, transmitieron cerca del mandatario.
También circuló el nombre de Andrés Larroque, el ex referente de La Cámpora ahora alineado con Kicillof. “Soy un militante del peronismo, voy a trabajar siempre desde el lugar que sea”, no descartó la posibilidad el ministro de Desarrollo bonaerense.
Desde el kirchnerismo adelantaron que darán pelea por la continuidad del actual presidente del partido, e involucraron a Cristina en la discusión. “Ella está presa y Máximo es su voz en el PJ bonaerense. Nosotros vamos a pedir que siga”, confirmó un dirigente con trato cotidiano con la ex presidenta.
En La Cámpora, a su vez, argumentaron que durante la feroz discusión por las listas se acordó su permanencia al frente del PJ provincial. Del lado de Kicillof lo relativizaron, porque el reparto terminó más desfavorable al sector del gobernador.
Como alternativa de consenso, un grupo de intendentes impulsa a Federico Otermín, el jefe comunal de Lomas de Zamora conducido por Cristina y de buen vínculo con Kicillof desde que ejerció la presidencia de la Cámara de Diputados. Su perfil conciliador le había dado un rol como mediador entre ambos bandos en los momentos más ásperos de las negociaciones por las candidaturas y el cronograma electoral.
Luego de la derrota del domingo, tanto en la sede del PJ provincial en La Plata como en el nacional de la calle Matheu de Balvanera aparecieron afiches anónimos contra las autoridades partidarias: “Devuelvan el PJ a los peronistas”, “Máximo, el PJ no es tu juguete” y “Basta de herederos bendecidos”, entre otras consignas. El mandato del hijo de la ex presidenta vence el 18 de diciembre y ya venció el plazo de 60 días de antelación para llamar a elecciones. Podría seguir en su cargo por una prórroga, aunque eso potenciaría las críticas.
Máximo Kirchner había convocado para el 17 de noviembre del año pasado, cuando estaba en discusión la presidencia del partido nacional entre Cristina y Ricardo Quintela. Esos comicios nunca se concretaron. Por su disputa unos años antes Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría, llegó hasta la Corte Suprema con su impugnación por el presunto incumplimiento del estatuto.
“Me parece gravísimo lo que está pasando en el partido, ya están vencidos los plazos y por impericia política estamos al borde de la intervención judicial”, apuntó Gray, que en este turno electoral se presentó con el sello Alianza Unión Federal, con un porcentaje mínimo (0,89%), poco más de 78 mil votos, aunque resultaron más que la diferencia de 46.600 entre La Libertad Avanza y Fuerza Patria.
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