En El Bolsón, el humo cubre el cielo y el cerro Piltriquitrón de un color azulado, producto de los incendios forestales en el Norte y Sur de la región
Las columnas de humo provenientes de los devastadores incendios forestales en el Parque Nacional Nahuel Huapi y la localidad de Epuyén se intensificaron en las últimas horas, cruzando la región cordillerana y extendiéndose hasta la costa este de Chubut. El impacto de esta situación se hace sentir no solo en el aire pesado y gris, sino también en las comunidades afectadas por la tragedia.
En el Parque Nacional Nahuel Huapi, el fuego ya consumió aproximadamente 4.500 hectáreas de bosque nativo, mientras que en Epuyén las llamas han arrasado con más de 3.000 hectáreas desde que el incendio comenzó el miércoles pasado. La situación en esta última localidad es particularmente crítica, con más de 200 viviendas evacuadas y al menos 50 casas completamente destruidas.
Condiciones adversas complican las tareas de control, si bien se espera la llegada de lluvias a partir del próximo lunes 27/1, las altas temperaturas, los fuertes vientos y la vegetación extremadamente seca dificultan enormemente las labores de contención del fuego. Esta combinación de factores meteorológicos mantiene a los equipos de emergencia en una constante lucha contra las llamas, dejando a las comunidades en una incertidumbre permanente sobre el avance del incendio.
“Estamos en una lucha constante contra las condiciones adversas, pero el compromiso de todos los equipos es admirable”, destacó José González, jefe del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF).
Un esfuerzo colectivo sin descanso para decenas de brigadistas y bomberos provenientes de localidades vecinas como Golondrinas, Cholila, Lago Puelo y Esquel trabajan sin descanso para combatir los incendios. También cuentan con el apoyo de la Brigada Nacional Sur del SNMF, agentes de Parques Nacionales y recursos aéreos, incluyendo aviones hidrantes y helicópteros, que realizan tareas de enfriamiento en las áreas más afectadas.
El esfuerzo conjunto de estas brigadas es fundamental para contener el fuego y proteger tanto el ecosistema como los bienes de las personas. Sin embargo, las prácticas de prevención, como la educación sobre el uso responsable del fuego y el mantenimiento adecuado de las zonas forestales, también son claves para evitar tragedias futuras.
Pérdidas millonarias y un impacto devastador, aunque aún no se han publicado cifras oficiales sobre las pérdidas económicas, se estima que estas ascienden a valores millonarios, considerando la destrucción de bosque nativo, viviendas y otras infraestructuras. Además, el impacto ambiental es inmenso, con la pérdida de flora y fauna autóctonas que tardarán décadas en recuperarse.
En tanto, las columnas de humo no solo afectan la calidad del aire en las zonas cordilleranas, sino que también alcanzan ahora la costa de Chubut, generando alarma entre los habitantes y complicaciones respiratorias, especialmente en personas con condiciones de salud preexistentes.
La espera de alivio climático con las lluvias como una esperanza latente para aliviar la situación, la región cordillerana enfrenta uno de los momentos más críticos de la temporada. Las comunidades afectadas, los equipos de emergencia y las autoridades mantienen la vigilancia constante, conscientes de que cualquier cambio en las condiciones podría agravar aún más este desastre.
En medio de la devastación, la solidaridad y el esfuerzo conjunto de los habitantes y brigadistas destacan como un rayo de esperanza, en un escenario donde la naturaleza muestra su cara más feroz.
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