El Ministerio de Salud de Río Negro ha intentado calmar las aguas mediante comunicados en los que se asegura que se ha implementado un “plan de contingencia eficaz”
El Hospital de El Bolsón, epicentro de la atención sanitaria en la Comarca Andina del Paralelo 42, atraviesa una situación crítica que pone en evidencia las deficiencias estructurales y la fragilidad del sistema de salud en la región. A pesar de las declaraciones oficiales que aseguran la continuidad y calidad de la atención médica, la realidad dentro del nosocomio es alarmante.
El Ministerio de Salud de Río Negro ha intentado calmar las aguas mediante comunicados en los que se asegura que se ha implementado un “plan de contingencia eficaz” para garantizar la atención médica. Sin embargo, estos anuncios no logran ocultar las profundas dificultades que enfrenta el hospital, que incluyen la falta de personal, la escasez de medicamentos e insumos, y un entorno laboral cada vez más precario.
Un Sistema en Jaque: La Falta de Personal
El hospital, que alguna vez fue considerado un referente en la región, ahora se encuentra con menos de media docena de médicos clínicos, quienes deben asumir la enorme carga de la atención en consultorios externos y guardias. La mayoría de los profesionales en estas áreas son residentes, muchos de los cuales han decidido abandonar la localidad y regresar a sus lugares de origen, agravando aún más la situación.
Fuentes internas del hospital describen un escenario desalentador: la reducción de espacios y la falta de insumos básicos han llevado a un número significativo de renuncias y a sanciones disciplinarias que han afectado la moral del equipo. Las autoridades de salud, por su parte, reconocen estas dificultades, atribuyéndolas a un contexto nacional complejo, y aseguran que están gestionando medidas para adaptarse a esta realidad.
Resiliencia en Medio del Caos
A pesar de estas adversidades, el personal restante ha demostrado una notable capacidad de adaptación. Con tan solo seis médicos clínicos, de los cuales uno está de licencia y otro con certificado médico, el equipo ha logrado reorganizarse para cubrir tanto las guardias activas como las pasivas, priorizando la atención en la sala de internación y la derivación de pacientes críticos a centros de mayor complejidad.
La colaboración con el Hospital Zonal de Bariloche, que actúa como centro de referencia, ha sido vital para mantener un nivel aceptable de atención. La ministra de Salud, Ana Senesi, ha realizado visitas presenciales y sostenido reuniones con el equipo local para diseñar estrategias conjuntas, como la creación de nuevas pasivas de traslado y la incorporación inmediata de personal, incluyendo entrevistas a residentes que finalizan su formación en agosto.
Una Solución Lejana
El Gobierno de Río Negro se enfrenta al desafío de solucionar la problemática de la falta de médicos, una situación que no solo afecta a El Bolsón sino a diversas localidades de la provincia. Se están explorando soluciones a corto plazo, como mejoras en la oferta habitacional y salarial para atraer y retener a los profesionales de la salud, pero los resultados aún están por verse.
Mientras tanto, la comunidad de El Bolsón depende del compromiso y la responsabilidad de un equipo médico sobrecargado, que continúa asegurando la prestación de servicios clave como ginecología, pediatría, cirugía general y traumatología. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿cuánto tiempo más podrá sostenerse este frágil equilibrio antes de que el sistema colapse por completo?
Esta crónica refleja una realidad compleja, donde las promesas oficiales contrastan con la crudeza de un sistema en crisis, que lucha por mantenerse a flote en medio de un panorama cada vez más incierto.